Los españoles no comen tacos de barbacoa ni van a cantinas ¡Consultemos el Diccionario del español de México!

Los diccionarios son los guardianes del tesoro léxico de una lengua: en ellos se encuentran las palabras y frases que se usan en las regiones donde se habla un idioma. 

El Diccionario de la lengua española ha sido una referencia

Nadie duda de que el Diccionario de la lengua española (DLE) es la obra más importante y básica de consulta cuando se necesita saber el significado de una palabra. Ha sido una referencia desde hace más de tres siglos —el primer diccionario de la lengua española hecho por la Real Academia Española fue el Diccionario de autoridades, publicado entre 1726 y 1739—. 

Las palabras son como las mariposas: tienen la maravillosa característica de transformarse; cambian de forma y de significado. Entender todos lo mismo al mismo tiempo sería aburrido y, en realidad, poco natural, porque las lenguas no solo son sistemas abstractos, sino que se desatan en la realidad. En la práctica, los hablantes materializan su sistema lingüístico de acuerdo con su bagaje social, cultural, político, económico, etcétera.

El DLE, antes Diccionario de la Real Academia Española (DRAE), ha pretendido —por eso el cambio de nombre— ser panhispánico. Pese a este loable esfuerzo, aún encontramos algunas prácticas que dejan el criterio de lo panhispánico en duda. Aquí hablaré de una: las acepciones y su orden en las definiciones.

Hay más mexicanos que españoles 

La población española alcanza los 50 millones de habitantes, mientras que la mexicana ronda cerca de los 130; es decir, hay más mexicanos que españoles en el mundo. Si el español es la lengua de aproximadamente 600 millones de personas, entonces los mexicanos representan más de un sexto de ese total de hablantes. Hay algunos factores en los que no ahondaré en este artículo (en qué casos el español es lengua materna, oficial, cooficial…).

Una palabra como barbacoa, con el significado de ‘carne de carnero o de chivo, que generalmente se cuece dentro de un hoyo en la tierra no aparece en el DLE. ¡Y cuántos mexicanos comen barbacoa todos los días!

Tampoco aparece en el diccionario de la RAE cantina con el significado de establecimiento comercial en el que se sirven bebidas alcohólicas y algunos alimentos, y en donde su clientela suele divertirse jugando al dominó, a los dados, etcétera o escuchando música: tomarse una cerveza en la cantina, salir borracho de la cantina. Son famosas las botanas de esa cantina. Sí aparece que cantina es el establecimiento público que forma parte de una instalación más amplia y en el que se venden bebidas y algunos comestibles. Pero todo mexicano sabe que una cantina es un lugar completo en sí, que no necesita estar dentro de otro lugar más grande para ser cantina. El gran Pedro Infante canta en una cantina (que no estaba dentro de un Sanborns, Liverpool u otro establecimiento) su icónica canción Me cansé de rogarle.

Otra más: metro no aparece en el diccionario de la Academia como el ferrocarril urbano, subterráneo, de superficie o elevado: tomar el metro, viajar en metro. Y más de treinta millones de personas (que viven en la Ciudad de México y área metropolitana, Guadalajara y Monterrey) sí saben que metro es el ferrocarril. 

Y hay muchas (seguramente miles) palabras más que se quedan cortas en cuanto al significado que aparece en el DLE con respecto a lo que son en México. Y no me refiero a mexicanismos, que ese es otro boleto bien distinto. Por citar algunas: abusado, cachetón, toloache, lonja.

El Diccionario del español de México

¿Qué debemos hacer? ¿Escribirle 130 millones de cartas a Madrid, esperando que nos responda cada una? ¡Sería una completa locura! Además de que se saturaría el servicio postal y no cabrían en los buzones. 

Podemos hacer algo más: consultar el Diccionario del español de México (DEM) (que no es de mexicanismos o solo de mexicanismos). Esta obra es fundamental y está hecha con todo el rigor lexicográfico. Lo ha dirigido por muchos años Luis Fernando Lara, un lingüista e investigador erudito. 

Para un mexicano, consultar el DEM es encontrar las palabras que conoce y que usa en su vida cotidiana, pública o privada. Mi invitación no es a dejar de consultar el DLE, sino a que consultemos una obra que recoge de manera integral las voces del español estándar de México. Mejor y más placentero: consultar los dos, al mismo tiempo, y comparar las definiciones. Los diccionarios son herramientas: nada mejor que tener un perico (o llave ajustable) en una mano y un desarmador (o destornillador) en la otra.