Los puntos suspensivos siempre son tres, y tienen varios usos claros y acotados.
El error que con más frecuencia cometemos es emplear los puntos suspensivos para aumentar el suspenso o el dramatismo de un escrito sin que lo hagan las palabras mismas. Pero por más puntos que se escriban, no generará un mayor suspenso.
Algunos de los usos de los puntos suspensivos
1. Primer uso de los puntos suspensivos: reforzar con moderación el suspenso y dramatismo
Es posible emplear —con pinzas y a cuentagotas— los puntos suspensivos para reforzar el suspenso y dramatismo que creamos en nuestros escritos (pero nunca usaremos más de tres).
Como regla general, debemos utilizarlos una o dos veces por página —con este propósito—. Ese es el límite. Llenar un escrito de puntos suspensivos para aumentar el suspenso o dramatismo resulta contraproducente.
2. Segundo uso: elipsis
Cuando se elimina una o más palabras, sea de una cita textual o para indicar que un pensamiento o diálogo se interrumpe, se emplean los puntos suspensivos para señalarlo. Si la elipsis ocurre dentro de una cita textual —formal— los puntos suspensivos deben ir entre corchetes […] para señalar que la elipsis se debe a quien cita y no al citado:
- Lo dijo claramente el gobernador: “Todos los fondos federales […] se destinarán a proyectos emergentes que ayuden a los más necesitados de manera inmediata”.
Al usar este signo estamos indicando que tras “Todos los fondos federales” la oración seguía, más el autor recortó la cita para mostrar únicamente aquello que era relevante para su texto. Nunca debe emplearse una elipsis de esta naturaleza si con ello se tergiversa el sentido original de la cita. Por ejemplo, no podría uno citar de esta manera:
- “Skyfall […] es la mejor película de la serie James Bond”.
¿Por qué no se vale? Sería incorrecto porque la cita original decía: “Skyfall no es la mejor película de la serie James Bond”.
¿Qué sí pueden elidir los puntos suspensivos?
Podemos emplear los puntos suspensivos, como se decía, para indica que un pensamiento o un diálogo se interrumpe:
- —No sé qué quiere este señor que yo le diga. Está clarísimo que no tuve nada que ver con la muerte de mi hijo. ¿Yo por qué querría verlo muerto? Los últimos tres días han sido un…
En ese momento, se encendió la vela del cuarto en el que estaba María.
Como puede notarse en el ejemplo anterior, el diálogo de María fue interrumpido por el fuego de la vela. Esto se indicó sencillamente colocando puntos suspensivos.
3. Tercer uso: continuidad de una serie
Aprovechamos los puntos suspensivos para indicar que una serie podría continuar. Utilizados así, los puntos suspensivos son el equivalente de la palabra etcétera:
- Creo que podríamos conocernos, enamorarnos, tener hijos…
- En nuestra casa todos tienden sus camas, levantan su tiradero, limpian después de cocinar…
4. Cuarto uso: insinuar remates
También pueden emplearse los puntos suspensivos para insinuar el remate de una frase célebre para que el lector lo complete:
- Quien a buen árbol se arrima…
- Ni tanto que queme al santo…
5. Quinto uso: abreviar un título citado previamente
Usamos los puntos suspensivos para abreviar el título de una obra artística o intelectual cuando ya se ha citado de manera completa anteriormente:
- En El ingenioso hidalgo…, Cervantes ensaya muchas técnicas narrativas que en el siglo XX se volverían comunes.
- Mujeres al borde… es una de las obras emblemáticas del cineasta español Pedro Almodóvar.
6. Sexto uso: citar la primera parte de una proposición bipartita
Utilizamos los puntos suspensivos para citar solo la primera parte de una proposición que se entiende que debiera ser bipartita. Hay proposiciones que por naturaleza constan de dos oraciones y mediante los puntos suspensivos hacemos que el lector insinúe la segunda:
- Aunque me ofreciera todo el dinero del mundo, no aceptaría su oferta.
- Aunque me ofreciera todo el dinero del mundo…
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